Dejó de cantar el viento
y los jilgueros se fueron,
y en tus playas…
los mares callaron
Se rompió la luna
en tantos pedazos…
como lluvia de estrellas
en mi regazo
Dejó de cantar mi alma
el candor de un verso,
y tu mirada blanca…
se volvió de hielo
El poeta y su guitarra
apresuró su paso…
hacia el triste camino
sin destino…
Y esperando sin sentido
que el reloj marque las doce
en el olvido!
Eileen
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