RUTINA Y MIEDO
Con solo una mirada puedo leer tu alma
con una sonrisa el cielo,
el sabor de tus labios en el momento exacto
justo y preciso de la ausencia de ellos.
Viene la discusión mañanera
la de siempre la tempranera,
la ansiosa de apalabrar
lo que dice todo, pero no arregla nada.
En el intento por entenderte
me olvido de mi, empiezo a sentir
que vivir contigo es tanto
como no ser yo y tomar la forma,
gestáltica, como la vasija de barro.
En dónde queda entonces
la escencia de los dos,
si tú eres tú y tu soy yo
¿En dónde se esconde
mi sentida razón?
Tendré que olvidar que te conozco
que te he escuchado
y que mis labios te han vestido
de los pies a la cabeza…lento…muy lento.
Amnesia de recordarte siempre
ausencia de encontrarte todos los días
ansias que sufren los dedos
y el sonido de castañuelas.
Noche a noche, la vida en ello
y minutos que amenazan con marcharse
si te quedas conmigo.
ARELI GARCÍA