Después de diluir mis sueños en tus bastos mares acaudalados, mi sombra se desvanecía etérea en esos cielos tuyos de granito (donde se estrelló el eco de mis sueños)
Y todas mis nostalgias cayeron en las piedras calizas del desierto clandestino de tus ojos, y mis lágrimas silentes abrumaron mis sentidos y mi alma…que fría ante la daga de tu ausencia…con lánguida mirada pudo contemplar tu indifencia, latente y despiadada, parpadear una vez más en mi dolor!
Eileen
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